Elección del terreno para plantación de trufas
La elección de un terreno debe cumplir con las condiciones para desarrollar el cultivo de la trufa negra (Tuber Melanosporum).
Tipología del terreno
Se deben descartar los suelos yesosos, salinos o silíceos. También deben descartarse aquellos suelos que se encharcan con facilidad por la orografía del terreno o por ser excesivamente arcillosos.
Condiciones idóneas
Los mejores suelos son los denominados “suelos francos” que destacan por no ser muy arcillosos (excesiva retención de agua) ni muy arenosos (escasa retención del agua).
También se requieren suelos con una acidez comprendida entre 7,5 y 8,5. Este indicador se conoce como pH y aparece en cualquier análisis de suelo que se realice en un laboratorio. Este requisito es probablemente el más relevante a la hora de elegir o descartar un terreno.
El agua, factor relevante
Las mejores zonas productoras tienen unas lluvias anuales del orden de 600 a 700 l/m2 con tormentas de verano bastante abundantes.
El período más crítico es el verano donde se requiere que en los meses de verano el suelo reciba del orden de 150 a 200 l/m2. La falta de agua de lluvia puede compensarse estos meses a través de un sistema de riego (generalmente por aspersión). La falta de agua en estos meses hará muy complicado el correcto proceso de desarrollo de las trufas y por tanto provocará una cosecha escasa o directamente nula en los meses de invierno.